Lost in translation. ¡No te pierdas nada!

La época del año en la que más se viaja es sin duda el verano. Casi todos los españoles tienen unos días de descanso en periodo estival y cada vez son más variopintos los destinos escogidos. Si, al contrario que la mayoría, eres de los que huyes del calor, de las playas abarrotadas con chiringuitos llenos de familias con niños o de los ríos con orillas plagadas de neveras de camping y toallas y lo que prefieres es perderte en una ciudad de algún país extranjero, esta entrada está pensada para ti.

Gracias a la famosa Torre de Babel existen cientos de lenguas en el mundo y sabemos que dominar un idioma extranjero no es tarea fácil. Lo que pretendemos aquí, con ayuda de las nuevas tecnologías, es darte nuestra clasificación de aplicaciones móviles que te facilitarán mucho la comunicación en el país al que viajes.

Si has escogido como destino un país miembro de la Unión Europea estás de suerte porque el 15 de junio de 2017 se puso fin a la itinerancia de datos, o más conocido como Roaming, por lo que podrás viajar con la tarifa local que tengas contratada con tu operador móvil sin preocuparte de lo que vas a gastar y tu factura mensual no se verá afectada aunque salgas fuera de España. Si tu destino se encuentra fuera de las fronteras del viejo continente tampoco debes alarmarte ya que no es indispensable tener conexión de datos para utilizar muchas de las aplicaciones disponibles en el mercado puesto que la mayoría cuenta con versiones off-line que no requieren conexión a internet si te descargas antes un paquete de datos.

Sin más preámbulos, pasamos a enumerar nuestra personal clasificación con las cinco aplicaciones más recomendables si lo que quieres es aprender rápido un idioma o traducir en el momento aquello que necesites para comunicarte perfectamente con nativos del país al que viajas:

  1. Google translate

La aplicación estrella por antonomasia. Traduce entre 103 idiomas si la utilizamos con texto escrito y unos 52 idiomas sin conexión a internet. Si utilizamos la cámara, solo con enfocar un texto lo traduce a 30 idiomas y si hacemos una foto hasta a 37 diferentes. Además, podemos escribir directamente en la pantalla lo que necesitemos traducir en lugar de utilizar el teclado de nuestro dispositivo móvil e ir añadiendo palabras a un vocabulario personalizado de uso frecuente.

Por otro lado, la opción de ver la traducción de un texto solo con enfocarlo con nuestra cámara es bastante útil para cartas de restaurantes, carteles, señales, etc. al igual que la opción de traducir fotografías, que también funciona bastante bien. Como herramienta adicional, tenemos la posibilidad de copiar un texto de cualquier página web o aplicación para que se traduzca automáticamente. También es cierto que, viendo los comentarios, los usuarios se quejan de que ocupa mucho espacio puesto que la aplicación necesita 10 megas libres solamente para descargarla en el terminal sumados a los 30 megas del paquete extra de solo un idioma para traducir sin conexión (cada idioma adicional supondría más megas ocupados).

  1. Bravolol

Según su propia definición, es un libro de frases para viajes y un traductor de idiomas que contiene más de 800 frases y vocabularios usados comúnmente y, entre otras, una herramienta de pronunciación con la que escucharás a una persona nativa, grabarás tu propia voz y podrás oírte para mejorar tu expresión. Podrás hacerlo tanto con conexión a internet como sin ella pero solo en diecinueve idiomas entre los que están el inglés, francés, español, alemán, chino, holandés, tailandés, hindú…

Debes escoger el idioma que deseas una vez descargas la aplicación para que se descargue a su vez el paquete para trabajar sin conexión (en torno a los 20 megas dependiendo del idioma seleccionado). Es una aplicación muy interactiva que reúne frases por temática que puedes buscar por palabra clave, escuchar al momento y repetir cuando la situación lo requiera al igual que puedes guardar en favoritos aquellas que vayas a usar con más frecuencia.

  1. Memrise

Para comenzar, debemos mencionar que esta es la ganadora a la Mejor Aplicación en los Google Play Awards 2017, lo que de entrada nos indica que se trata de una buena herramienta. Está más orientada al aprendizaje de idiomas pero de una manera interactiva centrada en juegos, chat-bots (conversaciones con sistemas de inteligencia artificial) y vídeos de hablantes nativos.

Un posible inconveniente de esta aplicación es que nos exige registrarnos para crear un perfil con nuestros datos, pero no es nada que no hagamos en el resto de aplicaciones que descargamos. Es una aplicación muy visual y divertida puesto que se plantea una misión intergaláctica durante la que se aprende el idioma seleccionado con ejercicios de diferentes tipos con los que se van acumulando puntos para pasar de nivel. También se puede adquirir una versión “Pro” por en torno a los 30-40 euros.

  1. Duolingo

Al igual que la anterior, no nos salvará de un apuro en una conversación por lo que te la recomendamos también para aprender lo básico del idioma un poco antes de tu viaje. Lo primero que vemos antes de descargar esta aplicación es un listado de comentarios de revistas, periódicos y sitios especializados como el propio Google que puntúan francamente bien la aplicación. Es 100% gratuita y funciona de igual modo como si fuera un videojuego, con vidas, puntos totales, etc. Al elegir el idioma que queremos aprender seleccionamos si somos principiantes o tenemos nociones y pasamos a una prueba de nivel. A continuación pasamos de unidad en unidad de forma interactiva con ejercicios de traducción inversa y directa y vocabulario cuyo contenido pronuncia una persona nativa en todo momento.

  1. Babbel

En último lugar pero no por ello menos importante, queremos recomendar otra aplicación para aprender idiomas desde cero. Babbel ofrece un catálogo de 14 idiomas para aprender ruso, turco, polaco o indonesio junto con otros idiomas más comunes. De igual modo, debemos crear un perfil de usuario porque la aplicación nos permite continuar en el punto donde lo dejamos desde cualquier dispositivo con el que nos conectemos.

Hacen mucho hincapié en el tema de la pronunciación porque desde el primer momento debes repetir todo lo que la aplicación lee y evalúa tu actuación. A pesar de ser una aplicación de las mejores valoradas, solamente ofrecen la primera unidad gratuita de cada idioma. Después, has de suscribirte mensual, trimestral, semestral o anualmente. Si tienes mucha fuerza de voluntad y sabes gestionar tu aprendizaje es una muy buena opción.

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Estas han sido nuestras cinco recomendaciones de aplicaciones útiles para viajar o prepararte para tu viaje y hacer que la comunicación no sea ningún inconveniente para que disfrutes al máximo de la experiencia. Llegados a este punto, solo nos queda desearte… ¡buen viaje!

¿Por qué dedicarse a la traducción e interpretación?

Decidir qué carrera universitaria estudiar no es una labor fácil en la mayoría de los casos. Cuando se tiene una fuerte vocación y se sabe desde siempre lo que se quiere hacer profesionalmente, no hay ningún problema, se sigue esa voluntad y deseo internos y se pone en marcha el proceso de formación que nos llevará a ser profesionales del sector en el que nos encantaría trabajar. Pero, ¿y si no lo tenemos tan claro?

Por norma general, se decide a una edad muy temprana lo que queremos estudiar o, simplemente, si queremos seguir estudiando o no. En caso de querer ir a la Universidad, se abre ante nosotros un amplio abanico de posibilidades y ramas de especialización. No es sencillo elegir y mucho menos estar seguros de que nuestra elección sea la acertada. De todos modos, errar es de humanos y se puede cambiar de opción y comenzar con un nuevo proyecto porque como se suele decir “nunca es tarde si la dicha es buena”.

Si prefieres la aplicación práctica de la lengua y te gustan los idiomas pero piensas que en filología se estudia demasiada literatura; si cada vez que escuchas una entrevista de tu actor extranjero preferido te encantaría ser esa vocecita que se escucha de fondo y que lo entiende todo a la velocidad de la luz, definitivamente, traducción e interpretación es la carrera de tus sueños.

Lo que pretendemos aquí es animar a escoger esta profesión a aquellos indecisos que no saben si la traducción e interpretación es lo que realmente quieren hacer en su vida laboral con opiniones y experiencias personales de profesionales del sector. Hay que reconocer que, como todos, el grado universitario de traducción e interpretación tiene sus cosas positivas y negativas para quien lo estudia. Requiere trabajo constante y diario, puesto que cuanto más se traduce, mejor se puede llegar a traducir, y lo mismo ocurre con la interpretación. Son trabajos muy gratificantes que exigen un continuo aprendizaje y práctica de por vida.

En los años de estudio del grado de traducción e interpretación se pueden elegir asignaturas optativas para especializarnos en un campo o varios: traducción técnica y científica, jurídica y económica, audiovisual, literaria, interpretación consecutiva, simultánea, bilateral, de conferencias, etc. También es cierto que la especialización se definirá en función de los encargos con los que se trabaje y la experiencia que se adquiera a lo largo de la vida profesional. Seguir formándose y aprendiendo es algo esencial y muy recomendable para todas las profesiones y más aún para los traductores e intérpretes. Hay que tener en cuenta que se trabaja con una herramienta viva y en continuo cambio como es el lenguaje y cada situación comunicativa, oral o escrita, va acompañada de un contexto social, económico y cultural que se debe conocer. No solo se aprende estudiando: viajar, vivir en el extranjero, relacionarse con personas de otras procedencias y con otras experiencias vividas y puntos de vista diferentes aportan siempre valor añadido al ser humano, tanto a nivel personal como profesional, que se puede aplicar en el día a día de la traducción e interpretación.

Para el traductor e intérprete, cualquier encargo de traducción supone un nuevo reto. No solo hay que saber traducir, hay que ser experto en el tema del que trata el texto con el que vamos a trabajar. Es muy difícil saber de absolutamente todo y en profundidad y por este motivo el traductor se suele caracterizar por ser una persona minuciosa y cuidadosa, curiosa e inquieta, alguien a quien no le importe pasar horas leyendo e indagando sobre un detalle concreto abordado en el texto que hay que traducir, estudiando el origen de una palabra y los matices de su significado, si dicha palabra se utiliza en un contexto u otro, en un país determinado o en otro… Por todo esto, la profesión de traductor tiene mucho que ver con la investigación y esa investigación habrá que hacerla por partida doble: en el idioma y país de salida y en el idioma y país de llegada. Nuestra labor ha evolucionado mucho en muy poco tiempo gracias a internet y a las nuevas tecnologías puesto que tenemos a nuestro alcance innumerables herramientas que hacen mucho más sencillo el papel de “ratón de biblioteca” propio de traductores e intérpretes.

En lo relativo a salidas profesionales, los traductores pueden ser freelance, o lo que es lo mismo, autónomos que trabajan para varias empresas y clientes particulares; pueden ser trabajadores de empresas o agencias de traducción, de editoriales, de empresas de subtitulación y doblaje audiovisual y, por supuesto, pueden dedicarse a la investigación lingüística o a la enseñanza de la profesión. Los intérpretes pueden trabajar en organizaciones internacionales, organismos oficiales en el extranjero, ser intérpretes de conferencias o de eventos internacionales (reuniones, coloquios, entrevistas, eventos culturales o deportivos…), entre otros.

Dada la globalización e internacionalización de los mercados, las empresas se reorganizan y dan lugar a nuevas posibilidades de gestión interna, por lo que no es tan extraño encontrar grandes compañías o multinacionales que han creado su propio departamento de traducción para realizar el trabajo desde dentro sin necesidad de externalizar este servicio. Esto favorece la especialización del traductor en un sector determinado: derecho, farmacéutica, ingeniería, comercio marítimo, transporte ferroviario… Con los departamentos dentro de las empresas se suelen agilizar los plazos de realización de las traducciones y asegurar la uniformidad en cuanto a estructuras gramaticales y vocabulario que se emplean en los textos traducidos.

Además, trabajar en el extranjero es una opción mucho más factible si se tiene buen conocimiento de uno o varios idiomas aparte del materno y si eres una persona a la que le apasionan los cambios y todo lo nuevo por conocer, esta profesión puede darte muchas alegrías. Hay muchísimas empresas, organismos e instituciones con sedes fuera de nuestro país que pueden necesitar a personas como tú. Si sientes predilección por los idiomas, con Traducción e Interpretación se afianzarán tus conocimientos y podrás orientarlos hacia lo que más te guste hacer, ya sea en un sector u otro, como traductor o intérprete, en una empresa o marcando tu propio ritmo como autónomo. Esperamos haberte transmitido la pasión por la traducción y la interpretación que tenemos en TransLittera para que llegues a formar parte de nuestra profesión.

¿Traducimos o adoptamos el extranjerismo?

Si pensamos en la profesión de traductor, seguro que nos viene a la cabeza la imagen mental de una persona delante de su ordenador, rodeada de diccionarios y glosarios, que pasa horas y horas buscando el equivalente perfecto para esa palabra tan difícil de trasladar a otro idioma. Otras veces imaginamos a una persona dentro de un cubículo a modo de pecera con auriculares, micrófono y una mesa de control con muchos botones sin parar de hablar, en una conferencia o congreso con cientos de asistentes. Todos tenemos alguna idea, preconcebida o no, de lo que es la traducción o la interpretación pero quizá es algo que no conocemos del todo bien y, sin embargo, es más cercana a nosotros de lo que pueda parecer.

Frente a la pregunta: ¿se consideraría usted consumidor o cliente de traducciones? Muchos responderían sin dudar ni un segundo con un NO rotundo. Otras personas, sin embargo, tras reflexionar un poco sobre sus hábitos cotidianos podrían cambiar su respuesta por un “sí”.

El hecho de que vivimos en una sociedad cada vez más globalizada es una realidad de nuestros días. El flujo continuo de personas que cruzan las fronteras entre países en los que se hablan distintos idiomas es cada vez mayor, lo que da lugar a un gran intercambio cultural. Tenemos el oído más acostumbrado a otros idiomas por esta misma globalización y nos hacemos menos sensibles cuando debemos detectar estos extranjerismos en nuestro día a día, posiblemente porque los hemos adoptado como nuestros.

Actos sencillos como escuchar música, ver la televisión o nuestra serie preferida, leer el periódico o una revista, navegar por internet, entre otros, nos hacen clientes de traducciones. En nuestro país, casi todas las películas están dobladas al español, lo que significa que ha habido un proceso de traducción y localización para que el mensaje que se quería transmitir en la versión original llegue al espectador; los libros más exitosos a nivel internacional se traducen a decenas de idiomas para alcanzar a lectores de todo el mundo; las entrevistas a personajes relevantes que publican las revistas han tenido que traducirse previamente para las ediciones de otros países, y qué decir de las numerosas páginas web que visitamos a diario… Estos son solo varios ejemplos de productos de traducción que nos convierten instantáneamente en ávidos consumidores de traducciones sin darnos apenas cuenta.

Por el contrario, la otra cara de la moneda es aquella en la que somos consumidores de extranjerismos. De hecho, la televisión es el principal canal transmisor de un gran volumen de palabras extranjeras. Existen estudios que muestran que la publicidad actual es mucho más atractiva si se añaden frases en otros idiomas y lo vemos en anuncios de perfumes con frases en francés, de moda en italiano, de coches en alemán, de tecnología en inglés…

Es cierto que hay sectores más influidos por extranjerismos que otros, como pueden ser el sector tecnológico con el alemán; los sectores científico y de investigación, con el inglés y también con este último a la cabeza está el sector de la comunicación en internet.

Adoptamos palabras de otros idiomas continuamente: a lo largo del día, si los contabilizáramos, superaríamos con creces la veintena. Desde la famosa señal de “STOP” que todos conocemos hasta las palabras que nos invaden en los informativos de la televisión o en la publicidad de periódicos y marquesinas de paradas de autobús o metro. Los refrescos son light; los libros más vendidos son best sellers; los ordenadores están repletos de software, alguno que otro para visitar webs o mandar e-mails; en los restaurantes los chefs nos cocinan entrecots, quiches o creps…

Con frecuencia surge la duda entre mantener la palabra o expresión en el otro idioma o utilizar un equivalente o traducción para el concepto que queremos expresar. Nos guste o no, nos vemos muy influenciados por la sociedad a la hora de elegir nuestra opción personal pero la Real Academia Española opta siempre por proteger nuestra lengua madre y escoger el equivalente o traducción existente en nuestro idioma. Por el contrario, se piensa que utilizar el inglés o francés, por ejemplo, aporta un valor añadido a nuestro discurso, le da prestigio y nos hace parecer más cultos o inteligentes. Pero cuidado, puede que esta práctica nos aleje de nuestro receptor y no se transmita bien el mensaje.

Los traductores no lo tenemos tan fácil a la hora de decidir. Muchas veces nos encontramos en la disyuntiva de utilizar el término en español, si lo hay, o utilizar el extranjerismo que está más difundido en el sector. Si bien como lingüistas deberíamos utilizar siempre que haya un término equivalente en nuestro idioma ese término en español, no se puede ser más papistas que el Papa y tendremos que adaptarnos a la realidad. Si utilizamos el término en español puede que resulte chocante, incluso que no nos adaptemos a la terminología técnica del sector, que no nos entiendan bien los técnicos, pudiendo ser criticados y juzgados como “poco especializados en la materia”. En esta ocasión, ¿prima la riqueza del idioma o la transmisión y comprensión del mensaje? Pues no hay una norma estricta al respecto. Una vez más los traductores debemos analizar detenidamente cada caso particular, analizar el cliente y el usuario final, ahora bien, también sin olvidarnos que nuestra labor es verter todo a otro idioma y que no podemos optar por la solución sencilla “lo dejamos tal cual porque ellos así lo usan”.

Por su uso tan frecuente y extendido entre los hispanohablantes, la Real Academia se ve obligada a adoptar estos términos extranjeros y acaba por aceptarlos como correctos por no tener un equivalente que realmente se utilice en español. Se adoptan tal y como son o se modifica su escritura adaptándola a la pronunciación en nuestro idioma. Nos resultan particularmente curiosas en relación a la grafía las adaptaciones de croissant por cruasán, whisky por güisqui, piercing por pirsin o jacuzzi por yacusi.

¿Cuál es para ti la mejor opción? ¿Debemos traducir o adoptar palabras de otros idiomas? ¿Te has visto alguna vez en esta situación de decidir? ¿Has sufrido algún malentendido por usar una palabra en otro idioma que quizá no deberías haber empleado? ¿Conocemos cómo se escriben correctamente estos extranjerismos en español?

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