Decidir qué carrera universitaria estudiar no es una labor fácil en la mayoría de los casos. Cuando se tiene una fuerte vocación y se sabe desde siempre lo que se quiere hacer profesionalmente, no hay ningún problema, se sigue esa voluntad y deseo internos y se pone en marcha el proceso de formación que nos llevará a ser profesionales del sector en el que nos encantaría trabajar. Pero, ¿y si no lo tenemos tan claro?
Por norma general, se decide a una edad muy temprana lo que queremos estudiar o, simplemente, si queremos seguir estudiando o no. En caso de querer ir a la Universidad, se abre ante nosotros un amplio abanico de posibilidades y ramas de especialización. No es sencillo elegir y mucho menos estar seguros de que nuestra elección sea la acertada. De todos modos, errar es de humanos y se puede cambiar de opción y comenzar con un nuevo proyecto porque como se suele decir “nunca es tarde si la dicha es buena”.
Si prefieres la aplicación práctica de la lengua y te gustan los idiomas pero piensas que en filología se estudia demasiada literatura; si cada vez que escuchas una entrevista de tu actor extranjero preferido te encantaría ser esa vocecita que se escucha de fondo y que lo entiende todo a la velocidad de la luz, definitivamente, traducción e interpretación es la carrera de tus sueños.
Lo que pretendemos aquí es animar a escoger esta profesión a aquellos indecisos que no saben si la traducción e interpretación es lo que realmente quieren hacer en su vida laboral con opiniones y experiencias personales de profesionales del sector. Hay que reconocer que, como todos, el grado universitario de traducción e interpretación tiene sus cosas positivas y negativas para quien lo estudia. Requiere trabajo constante y diario, puesto que cuanto más se traduce, mejor se puede llegar a traducir, y lo mismo ocurre con la interpretación. Son trabajos muy gratificantes que exigen un continuo aprendizaje y práctica de por vida.
En los años de estudio del grado de traducción e interpretación se pueden elegir asignaturas optativas para especializarnos en un campo o varios: traducción técnica y científica, jurídica y económica, audiovisual, literaria, interpretación consecutiva, simultánea, bilateral, de conferencias, etc. También es cierto que la especialización se definirá en función de los encargos con los que se trabaje y la experiencia que se adquiera a lo largo de la vida profesional. Seguir formándose y aprendiendo es algo esencial y muy recomendable para todas las profesiones y más aún para los traductores e intérpretes. Hay que tener en cuenta que se trabaja con una herramienta viva y en continuo cambio como es el lenguaje y cada situación comunicativa, oral o escrita, va acompañada de un contexto social, económico y cultural que se debe conocer. No solo se aprende estudiando: viajar, vivir en el extranjero, relacionarse con personas de otras procedencias y con otras experiencias vividas y puntos de vista diferentes aportan siempre valor añadido al ser humano, tanto a nivel personal como profesional, que se puede aplicar en el día a día de la traducción e interpretación.
Para el traductor e intérprete, cualquier encargo de traducción supone un nuevo reto. No solo hay que saber traducir, hay que ser experto en el tema del que trata el texto con el que vamos a trabajar. Es muy difícil saber de absolutamente todo y en profundidad y por este motivo el traductor se suele caracterizar por ser una persona minuciosa y cuidadosa, curiosa e inquieta, alguien a quien no le importe pasar horas leyendo e indagando sobre un detalle concreto abordado en el texto que hay que traducir, estudiando el origen de una palabra y los matices de su significado, si dicha palabra se utiliza en un contexto u otro, en un país determinado o en otro… Por todo esto, la profesión de traductor tiene mucho que ver con la investigación y esa investigación habrá que hacerla por partida doble: en el idioma y país de salida y en el idioma y país de llegada. Nuestra labor ha evolucionado mucho en muy poco tiempo gracias a internet y a las nuevas tecnologías puesto que tenemos a nuestro alcance innumerables herramientas que hacen mucho más sencillo el papel de “ratón de biblioteca” propio de traductores e intérpretes.
En lo relativo a salidas profesionales, los traductores pueden ser freelance, o lo que es lo mismo, autónomos que trabajan para varias empresas y clientes particulares; pueden ser trabajadores de empresas o agencias de traducción, de editoriales, de empresas de subtitulación y doblaje audiovisual y, por supuesto, pueden dedicarse a la investigación lingüística o a la enseñanza de la profesión. Los intérpretes pueden trabajar en organizaciones internacionales, organismos oficiales en el extranjero, ser intérpretes de conferencias o de eventos internacionales (reuniones, coloquios, entrevistas, eventos culturales o deportivos…), entre otros.
Dada la globalización e internacionalización de los mercados, las empresas se reorganizan y dan lugar a nuevas posibilidades de gestión interna, por lo que no es tan extraño encontrar grandes compañías o multinacionales que han creado su propio departamento de traducción para realizar el trabajo desde dentro sin necesidad de externalizar este servicio. Esto favorece la especialización del traductor en un sector determinado: derecho, farmacéutica, ingeniería, comercio marítimo, transporte ferroviario… Con los departamentos dentro de las empresas se suelen agilizar los plazos de realización de las traducciones y asegurar la uniformidad en cuanto a estructuras gramaticales y vocabulario que se emplean en los textos traducidos.
Además, trabajar en el extranjero es una opción mucho más factible si se tiene buen conocimiento de uno o varios idiomas aparte del materno y si eres una persona a la que le apasionan los cambios y todo lo nuevo por conocer, esta profesión puede darte muchas alegrías. Hay muchísimas empresas, organismos e instituciones con sedes fuera de nuestro país que pueden necesitar a personas como tú. Si sientes predilección por los idiomas, con Traducción e Interpretación se afianzarán tus conocimientos y podrás orientarlos hacia lo que más te guste hacer, ya sea en un sector u otro, como traductor o intérprete, en una empresa o marcando tu propio ritmo como autónomo. Esperamos haberte transmitido la pasión por la traducción y la interpretación que tenemos en TransLittera para que llegues a formar parte de nuestra profesión.